Por P. Sandro Jiménez (Parroquia Santa Cruz, Tábara Arriba, Azua).
Saludos, bienvenidos/as, pasen adelante. Sí, pónganse cómodos, como en casa. Iniciamos el mes de septiembre, mes de la Biblia, llamados a cultivar el valor de la verdad, y que bueno hacerlo tomándonos un cafecito finlandés caliente, esto es bueno para romper el hielo. Es primer viernes del mes, dedicado al Sagrado Corazón de Jesús, dejemos que el alfarero nos renueve cada día, así tenga que rompernos para hacernos de nuevo. ¿Leyeron el letrero que hay en la entrada? La sinergia, o efecto sinérgico, se refiere a la acción de dos efectos diferentes que actúan juntos para crear un efecto mayor que la suma de las acciones producidas por cada una actuando independientemente. Entonces, sinergia con Dios es dejar a Dios actuar en nuestras vidas y nosotros actuar junto a Él.
Hablemos un poco, mientras nos tomamos nuestro cafecito, de la sinergia entre la voluntad divina y la humana. El primer paso para crear esa sinergia, como siempre, lo ha dado el mismo Dios, con la encarnación o la humanización del Logo. De ahí que esa sinergia con lo divino sea conditio sine qua non para la vida del ser humano. Es la apertura cardinal y concluyente de la santidad de vida. Amigos, esto me parece muy interesante, porque es actuar junto a Dios, no es negar tu voluntad, es divinizar esa voluntad. Es hacer lo que Dios quiere, y querer lo que Dios hace. Es algo así como que “Dios pone su casi todo y tu pone tu casi nada, pero Dios no pone su casi todo si tú no pone tu casi nada”. ¿Se entendió el traba cerebro? En ese sentido, de sinergia divina, permítanme compartir algo que ya les he dicho en otras ocasiones. Pero antes ¡No se duerman! Yo sé que ahora tienen sueño, ya que don D J Adony anoche hizo de las suyas.
En otras ocasiones he compartido con ustedes aquella analogía que se da entre el hierro y el imán y Dios y el ser humano. Todos sabemos que el hierro y el imán están hechos de propiedades que se atraen, más preciso, el imán atrae al hierro. Entonces ¿Cuándo el imán no atrae al hierro? Cuatro circunstancias deben darse para que el hierro no sea atraído por el imán.
a) Cuando es mucha distancia entre uno y el otro.
b) Cuando algo se interpone entre ellos.
c) Cuando el hierro pesa demasiado en comparación con el imán.
d) Cuando el hierro está cubierto por algo, que no le llega la fuerza del imán.
Apliquemos esto a nuestra relación con Dios. Al igual que el hierro, nosotros somos creados para ser atraídos por Dios, somos hierros y Dios es imán. Entonces, ¿cuándo dejamos de sentirnos atraídos por Dios? Cuando se dan algunas de las circunstancias anteriores. A la sazón, si no nos sentimos atraídos, gustosos, en las cosas divinas, preguntémonos si es que:
a) Estamos muy distantes de Dios. De ser así, hoy es un buen día para acortar distancia, para entrar en sinergia con Él. Para dejarnos atraer por su gracia, por amor, por su paz.
b) Algo se interpone en tu relación con Dios. De ser así, retomar tu vocación de profeta y arrancar de tu vida todo aquello que te aparta de tu norte, de tu relación con el Maestro, de esa inhabitación trinitaria.
c) Estamos muy pesados. Es posible con el paso del tiempo, nos sintamos autosuficientes e independientes, y por tanto no necesitados del amor y de la misericordia de Dios. Y por ahí cerremos las puertas al Santo Espíritu de Dios.
d) Estamos cubierto por algo. Nos envolvemos en tantas situaciones, trabajo, salud, placer, tener, aparentar y tantas otras cosas, que fácilmente no nos llega ni el Espíritu Santo. Entonces es tiempo de quitarnos de encima todo aquello que obstaculice esa sinergia con lo divino.
Bueno, ahí tenemos materia para un examen. ¡Hay! verdad que es fin de semana y el cuerpo lo sabe. Pero, aun así, si entre DJ Adony, El Alfa y Shelow Shaq nos dan un poco de tiempo, meditemos un poco en cuáles son esas situaciones de muerte que están coartando nuestra sinergia divina, y hagamos lo que tenemos que hacer.
Me reitero a sus órdenes.
Feliz fin de semana….!