POR: P. Jeysis Armando Pérez (Parroquia Sta. Lucía, Las Matas de Farfán, San Juan).
Hoy muchos se han preguntado:
¿Dónde está Dios?
¿Dios nos dejó solos o solas? ¿Es posible hablar de Dios en medio de tantas realidades de tristezas, de caos, muertes, enfermedades, guerras, alto costo de la vida? ¿Qué nos ha pasado que todo ha cambiado?
¿Es posible que Dios haya hecho silencio y por tanto ya no le importa su pueblo, que dizque él eligió? ¿Qué Dios es ese?
A ti querido lector que quizás pasas por un momento de crisis en estos tiempos de pandemia y que te has hecho tal vez algunas o todas las interrogantes anteriores, déjame decirte que no, no nos ha olvidado el Padre Celestial, y sí, es posible hablar de Dios en estos momentos de crisis, de incertidumbre, de oscuridad, aún en esos momentos difíciles, es posible creer y confiar en Él.
El mundo se ha inclinado en buscar una felicidad perecedera, una carrera desesperada por obtener cosas, descuidando la vida interior y dejando que se consuma la llama del amor que arde en lo más profundo de su ser, en consecuencia de esto, se descuida así mismo y los que les rodean.
Es por esta razón que no somos capaces de salir del cuadro lúgubre en que vivimos, de levantar la mirada y ver a Dios ahí sirviendo, tendiendo sus manos, curando y levantando a tantos hermanos y hermanas caídos y abrumados.
Dios sigue ahí, en aquellos hombres y mujeres que han dejado su comodidad para ayudar, que han puesto sus esfuerzos no solo para sanar el cuerpo, sino también para sanar el alma.
La pregunta es la siguiente: ¿Que he hecho yo para mejorar la situación? Es posible que te la hayas pasado quejándote, maldiciendo a Dios por todo lo que te pasa. Quizás has perdido la confianza en Él. Somos expertos en declararnos incrédulos y quitarle méritos a Dios en sus procesos y promesas, en ocasiones nuestras razones muy humanas sustituyen la fe, para buscar justificaciones y así evitar el crecimiento en la fe, el encuentro cara a cara con su misericordia y en el compromiso con Dios.
No obstante, Dios sigue actuando y acompañando a su pueblo, Él nos pide que no perdamos la confianza, así nos dice (Hebreos 10: 35) “No pierdan su confianza que tiene grandes retribuciones de compensación”. Dios no ha dejado de actuar, nos acompaña y custodia, somos sus hijos y aunque estemos pasando por situaciones difíciles él nos dice: “No temas porque yo estoy contigo, no te desalientes, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré, ciertamente te ayudaré, sí, te sostendré con la diestra de mi justicia” (Isaías 41:10).
Hoy más que nunca debemos cambiar la forma de ver a Dios en el mundo, de esperar ver grandes milagros y empezar a ver a Dios en lo sencillo, donde nosotros seamos capaces de hacerlo presente, nuestro desafío en este momento histórico de nuestras vidas, es poder crear vínculos de fraternidad, de cuidar y elevar la dignidad humana, de respetar los derechos fundamentales, de crear conciencia con el cuidado ambiental, de crear lazos humanos, de llevar la alegría, esa que no tiene fronteras, razas o género.
“Y Moisés dijo al pueblo:” No temas, mantente firme y mira la salvación del Señor, que él trabaja para ti hoy” (Éxodo 14:13).
Bendiciones y ánimo mis hermanos!